La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) pidió hoy a los países que eliminen las barreras en el acceso a las vacunas para los 82,4 millones de refugiados y solicitantes de asilo que hay en el mundo, entre las cuales las más extendidas son la necesidad de contar con documentos de identidad o de tener acceso a internet para pedir cita a través de plataformas virtuales.
“Alrededor del mundo hemos visto un inquebrantable compromiso para no dejar a los refugiados atrás en los planes de vacunación contra la COVID-19”, admitió la jefa de la sección de Salud Pública de ACNUR, Ann Burton, mediante un comunicado.
Sin embargo, lamentó que a pesar de esos esfuerzos "las barreras a la vacunación persisten", por lo que se necesita que los Estados asuman mayores compromisos para lograr una inclusión real de los refugiados a las vacunas.
Entre los problemas más frecuentes que el ACNUR ha observado está el alto coste de los servicios de vacunación en algunos países, las barreras lingüísticas, la escasa información o la desinformación.
El objetivo de ACNUR y de COVAX, el programa para el acceso global a las vacunas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es asegurar que al menos el 20 % de los refugiados mundiales estén inmunizados para el final de 2021.
ACNUR celebró que de los 162 países en los que gestiona la incorporación de los refugiados en los planes de vacunación, 123 los han incluido o se han comprometido a hacerlo.
En Portugal se introdujo un sistema de registro especial para personas indocumentadas, en Moldavia y Serbia priorizaron a las personas que viven en centros de asilo, mientras que en Senegal y Camerún se permitió a los refugiados registrarse en los centros de salud designados y los ayuntamientos cercanos a sus comunidades.
“Más allá del imperativo moral, esto está en nuestro interés colectivo. Mientras la pandemia esté fuera de control en algún lugar, es una amenaza para todos en todas partes”, concluyó Burton.