Faustino Reyes Díaz.
Neyba, Bahoruco. El Procurador del Distrito Judicial de la Provincia Bahoruco, Esteban Jonathan Cuevas, dispuso la libertad del Copastor de la Iglesia Revelación del Reino, en este municipio, Carlos Manuel Cuevas Herasme, señalado como presunto extorsionador de la Profesora Adiilenny Santana Jiménez.
La joven, había expresado al Departamento de la Policía Nacional, en Neyba, que el religioso la extorsionaba obligándola a pedirle a su familia 200 mil pesos a cambio de su libertad y que si no lo hacía le expresaría a su esposo que eran amantes.
El Ministerio Público, dispuso la liberación del prevenido al cumplirse 48 horas sin formalizarse querella en contra.
"La Fiscalía no tiene una formulación precisa de cargos en su contra, puesto que la joven que dicen fue secuestrada, el secuestro no ocurrió como tal y para poder mantener el tipo penal debe ella presentar querella", dijo el Fiscal Cuevas.
Versión del precenido.
Al salir de una celda de la uniformada, Cuevas Herasme, rechazó la versión de Santana Jiménez y la atribuyó a su alegada negativa a mantener unas relaciones amorosas.
Aseguró, tener pruebas de las constantes llamadas que recibe de la joven oriunda de Boca del Palmar de Galván, que había sido denunciada el jueves pasado.
"Si lo hizo, tal vez por estar despechada, incluso la mamá es testigo, porque un día en la casa la mamá le pregunto delante de mí: tu siente algo por Carlos?. Y ella le dijo, sí, pero yo sé que eso no puede ser porque Carlos no va aceptar eso y yo le dije a la mamá y, ella es testigo de eso, que los sentimientos no tiene como evitarlo en ese sentido, pero de ahí a tu corresponder es otra cosa y yo tenía mi responsabilidad y no podía corresponder, por mucha razón", dijo Carlos Manuel Cuevas.
Adiilenny Santana, quien se proponía participar en el Concurso de Oposición Docente, durante los tres días que permaneció fuera de su casa fingiendo un secuestro, llamó varias veces a sus familiares pidiendo 200 mil pesos por si rescate.
El pasado sábado, informó que había sido dejada abandonada en el Hospital Taiwán de Azua, a donde se dieron sus padres y agentes policiales.