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Autor: Francisco Mendez Batista.- A partir de la década del 1940 en adelante, nuestras fronteras con el vecino país de Haití, con quien compartimos la Isla la Hispaniola, se pudo mantener un gran flujo en el comercio, que activaba la economía de ambos países.
las autoridades, que para
entonces tenían un gran entrenamiento y un alto nivel de patriotismo, ejercían
una gran autoridad sobre nuestra larga y angosta frontera, produciendo así, un
real control sobre la migración de
ciudadanos haitianos, que sin vulnerar sus derechos como seres humanos, ni vejarlos, cumplían al pié de la letra con
las funciones para el cual fueron entrenados.
Estas acciones fueron
mantenidas a raya durante los gobiernos de Rafael Leónidas Trujillo, los
gobiernos de transición de 1961 al 1966,continuando con el gobierno de los 12 años del Doctor Joaquín Balaguer Ricardo,
en esos momento de la historia, el cual me tocó vivir en un pueblo muy cercano
a la frontera “municipio Los Ríos, provincia Bahoruco", solo conocía los haitianos
cuando pasaban en Catareyes, grandes camiones en que eran trasladados, contratados
por temporadas de seis meses para el
corte de la caña, los cuales al corte de la misma eran regresados de la misma
forma que eran traídos a su país de origen.
En una ocasión, ya siendo yo
oficial del ejército con rango de segundo teniente, me tocó con un pelotón de
soldados, cuidar una Barraca, vivienda provisional donde eran llevados los haitianos
que iban siendo recogidos para su retorno, puedo decirle que todo era en orden
y bajo el respeto hacia los derechos de esos ciudadanos.
Pasados las etapas y gobiernos
ya mencionados, todo se ha desvanecido.
En los últimos días, he escuchado decir decir
a nuestro presidente Luis Abinader que
la guardia (Ejercito de RD) y la Policía Nacional, habían sido abandonados a su
suerte, pagándole sueldos de miseria, por lo que al hacer un reclutamiento, había
que tomar todo el que iba, porque siempre acudían menos de los requeridos,
motivo del desinterés por engrosarse a las filas de los cuerpos castrenses.
Esta situación, mas la
negación de los gobiernos de los últimos
años, trajo como consecuencia que hoy nuestra frontera sea incontrolable, no
sin antes explicar, que el descontrol solo está de aquí para allá, porque
cuando pasa un dominicano sin documentos legalizados es devuelto irreversiblemente
y sin contemplación, aún cuando sea
militar o de cierto nombre.
hoy que veo la carta enviada
por los militares haitianos a nuestro
presidente en una forma desafiante e irrespetuosa, pido, "Que se
repita la historia"
El autor es ex militar de Carrera