Por Roberto Paulino.
Parafraseando un poco lo dicho por Miguel Cervantes en su novela El Quijote, cuando dijo "En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme". Pero está vez si quiero hacerlo, porque los recuerdos están marcados en cada calle y cada camino por los pasos de grandes hombres que han descollado en la historia.
En esta pequeña demarcación geográfica llamada Sabaneta en la provincia de San Juan, se destaca un reconocido personaje de nombre Filemón Batista.
Sus actuaciones sociales hablan por sí solas, basta con escucharle para saber que el hombre en cada paso encarna acciones de un desafortunado Quijote sin espada y sin escudo.
El mismo se autodenominó de forma implícita como el benefactor de la zona norte en su lucha contra el proyecto Romero. Hombre audaz, intrépido, sobresaliente, palabrero incansable, por demás oportunista sin escrúpulos, artesano de la hipocresía, tejedor de falsos sueños y falacia, perseguidor tenaz e irrespetuoso, implacable con aquellos que no comparten su ideología y criterio.
Un personaje sombra, unido a un grupo de vivos oportunistas, elitistas de la urbe que a menudo se unen como una especie de jauría de caninos salvajes, cuyos estruendos en los medios de comunicación, es semejante al canto de miles de chicharras cuando buscan aparearse.
Ellos, en reiteradas ocasiones hacen uso estratégico de este quijotesco líder,utilizándolo como un anticonceptivo plástico elástico, o como una toalla sanitaria desechable.
Filemón llegó a pensar que su popularidad era bien grande, sus canchanchanes y allegados, le convencieron y azuzaron de encaminar una precandidatura a la posición más alta de Sabaneta, o sea la de director de la junta distrital de esa comunidad.
Sus amigos anti mina lo llegaron a colocar en el frente de la batalla en distintos foros, otorgándo el rango de capitán cuando en verdad nunca pasó de ser un grumete.
Tuvo la oportunidad de brillar frente a las cámaras, sentarse en importantes sillas,así como hablar en importante pódium conquistando aplausos desmedidos.
Con discursos sin ningún tipo de fundamento sobre el proyecto Los Romero.
El domingo pasado en la celebración de las primarias de su partido el PRM, los votantes de su comunidad de Sabaneta, en la cual se creía que ocupaba el pedestal más encumbrado, y que se creía un seguro ganador.
Al contarse los votos recibió la noticia más dura de toda su vida, su cerebro se le desacotejó y sus ojos se le viraron como un moribundo al ver que solo obtuvo 122 votos para quedar en el oscuro y frío sótano, porque no había otro lugar en donde meterlo.
Filemón Batista, basó su campaña política queriéndose ganar adeptos para que votaran por él, utilizando el tema minero, pero como la maldad y la mentira nunca da buena felicidad, el iluso líder le llegó el karma que le destruyó su sueño de convertirse en director de la Junta Distrital de Sabaneta.
Filemón no fue más que un iluso que se dejó arrastrar por el canto de los flautistas sanjuaneros, encabezados por Manuel Matos y Rubén Moreta, estos dos hombres son los mejores expertos que tiene el mundo en materia de minería y medio ambiente.
Finalmente al pobre Filemón Batista, los que ayer los acompañaban en sus risas y aplausos, los abandonan en sus lágrimas por la vergonzosa derrota en las pasadas primarias del PRM.
Cayó un líder ambientalista con los pies de barro.
El autor es: Comunicador, locutor, escritor y reside en San Juan de la Maguan