Autor: Juan Cuevas.
Abogado. Ex cónsul dominicano en Madrid.
Hace poco le pedí a una amiga politóloga en Santo
Domingo, que si podía facilitarme el borrador de la “dichosa y tan cacareada
Reforma Fiscal”, pero le fue imposible conseguir dicho texto. Pues nadie sabe
nada, como el “Cuco a los niños” la anuncian, “da miedo”, pero no acaba de
llegar. Por lo tanto, entrar en la crítica del contenido de lo desconocido sería
pura especulación. Pero, dada nuestra formación y experiencia política nacional
e internacional, permitirme el atrevimiento de apuntalar algunas ideas sobre el
“Cuco y su miedo”
Lo primero es, que la “Dichosa Reforma Fiscal” no ha
llegado, porque como “el Diablo a la Cruz” todos los políticos dominicanos le
temen, y más a los del gobierno. Leonel Fernández no se atrevió, Danilo Medina,
paso de largo y el presidente Abinader solo amaga. La oposición no quiere que
llegue, porque tendría que definirse, y quiere estar bien con “Dios, el pueblo”
y con el “el Diablo, el FMI”. Ningunos quieren cargar con las culpas de la
reacción del pueblo dominicano ante los
efectos de dicha reforma. A todos se les refrescan la memoria de “Abril del
´85” la “Gran poblada: muertos, cientos de heridos y apresados. O peor
aún, el cobro del “vale” en las urnas
electorales.
Viví en primera persona “Abril del ´85”, por poquito no
lo cuento. La experiencia enseña que hablar de Reforma Fiscal en dominicana, no
resulta del agrado de nadie. Ni de pequeños, ni de grandes; ni de ricos ni de
pobres, pues todos pagaran un precio. Casi siempre el que menos tiene, el
pueblo, pagará la mayor factura, eso darlo por contado. El presidente Abinader
teme las consecuencias de su imposición. Los líderes opositores que buscan el
ascenso en próximas elecciones “no quieren quemarse en esa hoguera”, menos que
el fuego le llegue cerca. “Como putas callan, y ninguno quiere pinchar en hueso”
como mal torero. Pero se frotarían las manos si el presidente Abinader cae en
ese gancho. Mientras el FMI le apresura el paso al gobierno. Recordar que
“Cuando el río suena es porque piedra trae”, y el Fondo nunca ha recomendado
buenas nuevas para los pueblos.
Personalmente creo que una reforma fiscal que no
incluya erradicación de la pobreza a través de la creación de empleo, es “pan para hoy
y miseria para mañana”. Una Reforma Fiscal que no controle el despilfarro del
dinero público “es un canto de sirena en la lucha contra la corrupción
pública”. Una Reforma Fiscal que no contemple una fiscalidad para el desarrollo
agropecuario del país, supone “el encarecimiento de los productos de primera
necesidad de la canasta familiar”. En fin, no hay que ser muy ducho mirando
hacia atrás y ver las experiencias de Reformas Fiscal pasadas, de aquí y de otros
países de la región.
La sociología dominicana aconseja que si “viene el
cuco” todos deberían estar preparados para recibirlo. Pues, estrangular las
grandes empresas no es solución; cargar el fisco a las MIPYMES es “matar la
gallina de los huevos de oro”; y seguir regalando el dinero a los pobres con
los denominados “subsidios” solo agranda la Deuda Externa. Lo
que simplemente es hipotecar el futuro desarrollo de la República Dominicana,
dejándole la carga al que viene detrás. Entonces, Gobierno y oposición ¡Ustedes
verán que hacen!